domingo, 20 de febrero de 2011

La mala suerte :Olga Orozco

Alguien marco en mis manos,
tal vez en la sombra de mis manos.
el signo avieso de los elegidos por los sicarios de la desventura.

Su tienda de mi morada.
Envuelta en la sombria lona de unas
alas que caen y caen
llevando la distancia donde quiera que vaya,
sin acertar jamas con ningun paraiso a la
medida de mis tentaciones,
con ningun episodio que se asemeje a mi
aventura.

Nada. Antros donde no cabe nisiquiera el
perfume de la perduracion,
encierros atestados de mariposas negras,
de cuervos y de anguilas,
agujeros por los que se evapora la luz del
universo.

Faltan siempre peldaños para llegar y
siempre sobran emboscadas y ausencias.

No, no es un guante de seda este destino.

No se adapta al relieve de mis huesos ni a la
temperatura de mi pel,
y nada vale, trampas ni exorcismos,
ni las maquinaciones del azar
ni las jugadas del empeño.

No hay apuesta para mi.

Mi lugar esta en frente del sol que se desvia
o de la isla que se aleja.

¿No huye acaso el piso con mis precarios
bienes?

¿No se transforma en lobo cualquier puerta?

¿No vuelven en bandadas azules mis amigos
y se trueca en carbon el oro que yo toco?

¿Que mas puedo esperar
que estos
prodigios?

Cuando arrojo mis redes no recojo mas que
vasijas rotas,
perros muertos, asombrosos desechos,
igual que el pobrecito pescador al comenzar
la noche fantastica del cuento.

Pero no hay desenlace con aplausos y
palmas para mi.

¿No era heroico perder? ¿No era intenso el peligro?

¿No era bella la arena?

Entre mi amado y yo siempre hubo una
espada
justo en medio de la pasion el filo helado, el
fulgor venoso
que anunciaba traiciones y alumbraba la
herida en el final de la novela.

Arena, solo arena, en el fondo de todos los
ojos que me vieron.

¿Y ahora con que lagrimas sazonare mi sal,
con que fuego de fiebres consteladas
encendere mi vino?

Si el bien perdido es lo ganado,
mis posesiones son incalculables

Pero cada posible desdicha es como un
vertigo
una provocacion que la insaciable realidad
acepta, mas tarde o mas temprano.

Mas tarde o mas temprano, estoy aqui para
que mi temor se cumpla.







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